Está en la naturaleza de la inversión buscar "la próxima gran cosa", la empresa, la tecnología o el producto que provocará el próximo cambio fundamental en su sector, y con ello, beneficios inesperados. Los que invirtieron, por ejemplo, en empresas de Internet antes de que ésta existiera, pueden ahora alegrarse. Y eso es exactamente lo que debemos intentar hacer ahora.